21 noviembre, 2024

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Harry Potter contado por uno que llegó tarde

Da un poco de vértigo ponerse a hablar de Harry Potter a estas alturas ¿Qué voy a contar que no se haya dicho ya? Además, hay tantísimo material sobre el tema que este artículo parece condenado a perderse entre la marea. Pero lo escribo igualmente porque me apetece y porque a mí me hubiera venido bien encontrarme con algo como esto. Pero no adelantemos acontecimientos. Lo primero es explicar ¿Por qué escribo sobre Harry Potter en pleno siglo XXI?

¿Por qué escribo sobre Harry Potter en pleno siglo XXI?

Hoy en día, aunque no lo creáis, aún hay gente que no ha leído Harry Potter. Si tú mismo eres una de esas personas, no debes preocuparte, conmigo no necesitas fingir. Te entiendo perfectamente y te doy una buena noticia: este artículo está escrito para ti.

Ahora que los fans del mago de gafitas redondas han dejado de leer, te haré una confesión. Yo mismo era como tú hace pocos meses. De hecho, tengo una prueba que lo demuestra. Fui arrastrado a una exposición itinerante de objetos usados en la serie de películas y adivinad quién fue el primero al que sacaron como voluntario. Yo era eso que los iniciados llaman un muggle. Estaba allí infiltrado, disimulando. Pero mi farsa se vino abajo y hay hasta un vídeo del momento.

 Se ve claramente cómo me desoriento cuando me preguntan si he venido «en escoba». Además, al ser obligado a elegir mi casa preferida suelto un sonoro y vergonzoso «Garifindor». Por si acaso te ves en la misma situación, se dice Gryffindor. De nada. Pero no fue mal del todo, porque el otro nombre que me sonaba era Slytherin y hoy sé que decir eso hubiera sido mucho peor. En definitiva, por los pelos, me las apañé para volver a casa manteniendo mi forma humana.

¿Por qué nunca había leído Harry Potter?

La culpa la tienen las películas. Así de claro. Y no es que piense que sean malas. Vi la primera en su día en el cine y me pareció una idea curiosa. Me gustó. Así que fui a ver también la segunda… y no me enteré de nada. Ése fue momento en que me apeé del expreso de Hogwarts 😉

Creo que las películas de Harry Potter son muy buenas como complemento a los libros. El lector tiene la historia en la cabeza y verla plasmada en imágenes le hace revivirla, enriquece la experiencia. Si bien es cierto que algún personaje no tiene el carisma de los libros (ejem… Ginny), las imágenes refuerzan lo que ya antes nos hemos imaginado. Pero si no has leído los libros antes, tienes un problema. Lo he entendido después de hacer las cosas, esta vez sí, en el orden correcto. Primero libros, luego pelis.

Está claro que se saltan muchas cosas. Hay personajes que ni aparecen y las cosas importantes que hicieran se atribuyen a los que sí están. En algún caso no han tenido más remedio que introducir de forma brusca un nuevo personaje que se habían saltado en una entrega anterior. Es normal que esto sea así. Como pasa en todas las películas basadas en libros, en la pantalla no puede caber todo. Siempre hay cosas que debes sacrificar, resumir u obviar. Si has leído el libro correspondiente, tienes la información suficiente para rellenar esos «huecos». Pero entiendo perfectamente que mi yo de 2002 perdiera el hilo.

¿Y por qué ahora he leído Harry Potter?

Pues en gran medida, por culpa de Harry Potter the Exhibition, que he mencionado antes. La verdad es que la expo molaba. También es cierto que fui un temerario yendo sin haber leído los libros. La explicación que acompañaba a algunos objetos era todo un spoiler. Por suerte, tengo el superpoder de olvidar algunas cosas en muy poco tiempo. Tal vez no es muy útil para salvar el mundo, pero en este caso, resultó una ventaja.

Me lancé a leer Harry Potter y la piedra filosofal, para ver qué tal era, y acabé leyendo todos seguidos. Me terminé los siete libros en poco tiempo, teniendo en cuenta lo lento que suelo ser leyendo. Entre libro y libro me veía la película correspondiente, ahora sí enterándome de todo.

¿Por qué deberías leer Harry Potter?

Porque no arriesgas prácticamente nada.

  • El primer libro es corto, no tienes ni para una semana.
  • Es fácil de leer porque, claro, es para niños. Incluso puedes probar en inglés.
  • Nadie te obliga a leer toda la saga. De hecho el primer libro tiene una estructura de historia completa con su desenlace. Aunque deja detalles abiertos para continuar la saga, no creo que te quedara la sensación de haber dejado una historia a la mitad. Eso sí, si empiezas, me da que te pasará como a mi, y acabarás leyendo las siete entregas del tirón.
  • Como último argumento: seguro (segurísimo) que tienes algún amigo dispuesto a dejártelo, por lo que cualquier excusa de índole económica se derrumba de inmediato.

Desde el primer capítulo Harry Potter te engancha. Está todo pensado para que le cojas cariño al chaval. El momento en que entra en el colegio, empieza a conocer nuevos amigos, a aprender esas cosas en clase… Pues te ilusiona, para qué mentir. Es como revivir los primeros días de cole de uno mismo. No me quiero imaginar cómo sería haberlo leído siendo niño ¡Cómo os envidio, malditos milenials!

Haber escogido el tema de la magia le dio a J. K. Rowling una libertad creativa que supo aprovechar muy bien. Los lugares ocultos, los medios de transporte, los uniformes, la historia de las casas, los libros, el material escolar… van construyendo un mundo paralelo en el que todo parece colocado en su sitio de forma perfecta. Por supuesto que puedes encontrar alguna contradicción en algún detalle de la historia. Para todos esos casos la respuesta es «lo hizo un mago».

Si lees Harry Potter gracias a este artículo, me encantará saberlo. Si quieres dar tu opinión, o saludar, o lo que sea, para algo están los comentarios ¡Gracias por leer!

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